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Panorama de la educación universitaria en el Perú

Publicado: 2020-06-03


Un comienzo

En julio de 2014 una nueva ley universitaria (N°30220) dio un golpe de timón a la política de Educación Superior sobre cuyas bases establecidas en 1982, se había montado una ley de privatización educativa en 1996. Hasta entonces la vida de las instituciones estaba librada a los intereses e influencias políticas y ambiciones crematísticas, sin que existiera en la práctica ningún interés por la calidad del sistema, la investigación y el destino de la universidad pública.

La mayor novedad de la nueva ley fue la creación de la SUNEDU (Superintendencia Nacional de Universidades) como organismo regulador de la calidad de la educación universitaria cuyas tareas iniciales fueron volver a otorgar licencia a todas las universidades del país, incluyendo sus programas académicos, para asegurar una calidad mínima de formación e investigación, instalar una nueva forma de elección de autoridades en las universidades públicas, incorporar un año de estudios generales y supervisar el cumplimiento de la ley en todos sus alcances. El Ministerio de Educación (MINEDU), como rector de la política educativa debía impulsar principalmente en las públicas el licenciamiento, cambio de autoridades, crear un sistema de información para el nivel superior, e instaurar una nueva carrera docente.

Seis años después, la situación puede resumirse de la siguiente manera. Prácticamente todas las universidades se adecuaron a la ley y solo 93 de las 145 lograron licenciarse. Quienes tuvieron mayores dificultades fueron las privadas, se denegó la licencia a 51% (incluyendo las cinco en lista de espera)[1] , mientras que solo una pública (2%) perdió la autorización. El número de programas ofrecidos se ha reducido[2], y muchos locales sin condiciones mínimas de funcionamiento fueron cerrados para lograr el licenciamiento.

La creación de instancias de investigación en todas las universidades ha elevado el nivel de producción en revistas académicas y dado lugar a una mayor participación de las universidades peruanas en los ránquines internacionales[3]. Las autoridades de las universidades públicas se renovaron, con conflictos que retardaron la aplicación de la ley, y hubo algunos intentos que no progresaron para echar marcha atrás en la reforma[4]. Respecto de los estudios generales se hicieron modificaciones en los planes de estudio sin lineamientos claros, y a la fecha no se cuenta con ningún balance sobre ellos.

Web of Sciencie, Clarivate Analisys (2009-2018)

El MINEDU apoyó el licenciamiento de las universidades nacionales, enfrentó las intenciones de cambios a la ley, e impulsó el cambio de autoridades. Invirtió en el alineamiento presupuestal para resolver problemas de inversiones para el licenciamiento, promoción y apoyo a docentes investigadores, y aunque no ha logrado aumentar los niveles de ejecución, sí se ha incrementado la calidad del gasto. La creación de un sistema de información ha terminado en la práctica a cargo de la SUNEDU, y el portal Ponte en carrera (en el que también participa el Ministerio de Trabajo) no ha tenido el desarrollo deseado. Respecto del tema de carrera docente no se ha pasado de la formulación de algunos proyectos. Tampoco el MINEDU cuenta con un balance de sus acciones que permita hacer un seguimiento de la política. A este bajo perfil ha contribuido la posición de la instancia responsable que, en lugar de ser un Viceministerio que además de incorporar la formación profesional técnica, es una Dirección General ubicada debajo de un viceministerio que se dedica en un 95% a la Educación Básica, esto sin restar mérito a los sucesivos directores.

Conforme las universidades privadas se alejaban de las condiciones básica de calidad, los gastos necesarios para superarlas han sido más altos, a ello se sumó la inversión que algunas licenciadas realizaron tempranamente para absorber un número mayor de estudiantes en busca de alternativas seguras. Por otra parte, las que no obtuvieron permiso para continuar operando no han logrado fusionarse con otras y han tenido que mantenerse en funcionamiento por dos años más. Todo esto ha dejado en mala situación a 248 mil alumnos, muchos de los cuales han visto recortadas sus expectativas de movilidad social[5] .

La pandemia, oficializada a mediados de marzo, fracturó las actividades académicas de algunas universidades, dejó en stand by los exámenes de ingreso de otras, y lanzó a las que estaban por empezar a una vertiginosa carrera para virtualizar sus cursos y sortear la cuarentena. Las autoridades tuvieron que inevitablemente autorizar la educación a distancia (que prácticamente se había proscrito), primero de manera provisional y luego definitiva. Quedan pendientes las condiciones básicas que determinarán que esta modalidad pueda continuar[6], paralelamente se dispusieron recursos para que las públicas inicien clases a distancia, y se ha ampliado el programa de becas públicas de acceso y de permanencia para los estudiantes en todo el sistema.

De acuerdo con el presidente de la ANUPP y Rector de San Marcos, las públicas no han podido empezar porque no cuentan con recursos suficientes. Los 231 millones prometidos por el gobierno no llegan; además los equipos informáticos para docentes y estudiantes, necesarios para cubrir la brecha digital estarán disponibles en el último trimestre del año. Todo esto y las dificultades internas (administrativas, capacidades docentes e inflexibilidad presupuestal) han retrasado la transformación e inicio de sus programas a distancia. A la fecha, de acuerdo con un reporte de El Comercio[7], 17 de las 51 licenciadas ya iniciaron actividades a distancia, 19 lo harán a mediados de junio, y sobre el resto no se tiene aún información. Mientras tanto, todas las privadas, incluyendo licenciadas y casi todas las no licenciadas están brindando clases virtuales, lo mismo que las no licenciadas con mayor población estudiantil[8] .

En síntesis, la pandemia encuentra al sistema universitario en una transición desordenada. Primero, el proceso de licenciamiento tiene algunos cabos sueltos, falta que pase un pequeño número de universidades, la pandemia puede hacer necesario ampliar el plazo de dos años para esperar el cierre de instituciones no licenciadas, hay pendientes algunos contenciosos entre SUNEDU y algunas universidades. Segundo, la investigación se incrementó, en términos generales, trayendo como novedad la presencia de universidades privadas con fines de lucro; sin embargo, pese a los esfuerzos de muchas instituciones sigue siendo un grupo minoritario el que avanza. Tercero, la idea de impactar en la formación integral con la introducción de los Estudios Generales, no tiene balance que permita decir lo que pasó. Cuarto, seguimos sin un sistema de información para conocer mejor a nuestras universidades y poder acompañar mejor su desarrollo. Quinto, la baja organicidad del sistema universitario se mantiene, hay una presencia omnipotente de SUNEDU, y poca participación de MINEDU como rector de la política de Educación Superior (incluyendo a los Institutos Superiores). De otro lado, la división en la representación universitaria debilita su incidencia política, y finalmente SIENEACE ha perdido importancia como instrumento para mejora de los procesos internos de formación profesional y está pendiente de reorganización.

Algo de lo que viene

En breve será necesario brindar asistencia presencial a nuestros estudiantes, para lo cual requeriremos protocolos para mantener el distanciamiento social, el lavado de manos y la salubridad general, además de obtener permisos para atender en locales que antes no fueron calificados como aparentes para la enseñanza, pero que hoy en las nuevas condiciones y con los cuidados necesarios pueden cumplir esa función.

La educación a distancia requerirá una mayor atención y el diseño de nuevas estrategias institucionales tanto a nivel de la organización interna, como para el aumento de la cobertura educativa.

En un plazo un poco mayor veremos nuevamente un reacomodo de estudiantes entre las universidades públicas y privadas impulsados por los cambios en la economía familiar y las nuevas diferencias de calidad entre las instituciones de educación superior.

Es probable además que la presión de las universidades no licenciadas para para que se suspenda la decisión de cerrarlas seguirá aumentando aduciendo que no pueden sostener la inversión por tres años más sin tener ingreso de nuevos estudiantes[9], las que tienen amparos legales como Telesup insistirán, o pedirán excepciones, después de todo la educación seguirá siendo uno de los bienes con mayor estabilidad en la demanda.

Desde un punto de vista social puede aparecer la “generación del coronavirus” como un grupo con mayores limitaciones de movilidad social, marcados por las condiciones de estudios, y la crisis del empleo que los colocará en un punto de partida inferior al de sus predecesores, y a quienes los sucedan.

Notas

[1] Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, Nacional Ciro Alegría, y las privadas Católica los Ángeles de Chimbote, José Carlos Mariátegui, Científica del Perú, Peruana del Centro, y Autónoma de Ica SAC. 

[2] Entre otras cosas había gran cantidad de programas que subsistían en el papel, mientras otros no tenían condiciones para su funcionamiento por falta de ambientes, equipos, o docentes.

[3] Ranking de revistas e investigadores en el Perú (24-5-18) https://vicerrectorado.pucp.edu.pe/academico/noticias/ranking-revistas-e-investigadores-peru/

[4] Se presentó una demanda de inconstitucionalidad que fue desestimada, y se pretendió en varias ocasiones cambiar artículos de la ley que desnaturalizaban sus objetivos, hubo también intentos de cambiar la conducción y composición del comité directivo de la SUNEDU.

[5] Más allá de la calidad de la institución obtener un título universitario tiene mayor valor que uno no universitario, o que ninguno de nivel superior.

[6] El Superintendente en una entrevista para El Comercio (26 de mayo) señaló que estaban trabando en ello y que publicarían los requisitos antes de los 30 días que fija la ley. https://elcomercio.pe/lima/sucesos/jefe-encargado-de-la-sunedu-el-impacto-de-la-pandemia-en-las-universidades-ha-sido-de-gran-nivel-coronavirus-en-peru-noticia/

[7] Del campus a la pantalla: ¿Cuál es el impacto del COVID-19 en las universidades del Perú? El Comercio 26 de mayo. https://elcomercio.pe/lima/sucesos/del-campus-a-la-pantalla-cual-es-el-impacto-del-covid-19-en-las-universidades-del-peru-coronavirus-sunedu-minedu-noticia/?ref=ecr

[8] Telesup empezó el 13 de abril, Alas Peruanas el 4 de mayo, lo mismo que la Garcilaso, Néstor Cáceres empieza a fin de mayo. Estas cuatro tienen el 74% de la matrícula de las no licenciadas.

[9]La SUNEDU decidió el 29 de mayo, ampliar hasta por 3 años adicionales el plazo para que las universidades con licencia denegada cumplan con el cese definitivo de sus actividades. https://n9.cl/okvzy


Escrito por

Flavio Figallo Rivadeneyra

Sociólogo. Experto en temas de Educación. Ha sido viceministro de Gestión Pedagógica en el Ministerio de Educación.


Publicado en

Aprendiendo

Un blog de Flavio Figallo Rivadeneyra, sociólogo. experto en temas de educación. Ha sido viceministro de Gestión Pedagógica