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Estrategias universitarias para brindar clases en tiempos de coronavirus

Publicado: 2020-06-02

Algunos hechos a tener en cuenta: i) los estudiantes de pregrado prefieren la educación presencial, y esta es una actitud que recorre a todas las universidades del planeta, no tiene que ver con una incipiente cultura digital, o con carecer de acceso a internet o contar con equipos adecuados; ii) la pandemia nos acompañará hasta el 2021 inclusive, si hay vacuna .  

Teniendo en cuenta y considerando el artículo de Edward J. Maloney y Joshua Kim veamos los escenarios de 2020-II y 2021; iii) las familias tenderán a matricular a sus hijos en un número mínimo de cursos para proteger su economía y en algunos casos asegurar para participación de la mayor parte de la familia en el negocio familiar.

1. Vuelta a la presencialidad. Este escenario sin vacuna, o incluso con vacuna a la vista (porque se está aplicando en los países desarrollados), requiere un control epidemiológico de los estudiantes, profesores y administrativos. Una prueba de entrada, y por muestra durante el transcurso del ciclo. Sobre esto hay declaraciones del doctor Fauci en EEUU. Esto hace imposible el inicio presencial 2020-2 y muy difícil el 2021.

2. Estudios presenciales para los ingresantes 2020-2 o 2021-1. – La mayor demanda de presencialidad está en este grupo, al mismo tiempo que la mayor preocupación de los padres de familia. Si solo están ellos presentes en el campus es posible mantener la distancia social, reuniones de docentes o administrativos de no más de 10 personas por vez y de 30 minutos de duración, limpieza y lavado compulsivo de manos. Eso, si el resto continuaría con clases en línea.

3. Estudios presenciales para los estudiantes del último año. – De manera similar al punto anterior, solo estarían en el campus, docentes, alumnos y administrativos relacionados con los cursos, talleres y laboratorios que correspondan. Esto podría combinarse con prácticas de laboratorio de ciclos previos dependiendo de las condiciones de cada universidad.

4. Modularización de los cursos. – De lo que se trata es de dividir un ciclo en dos paquetes de cursos, uno se brinda la primera mitad del semestre, y los demás la segunda mitad. La condición es la complementariedad de los cursos. Por su intensidad, requiere asistentes de docencia. Los cursos electivos podrían darse en línea dependiendo de sus características.

5. Cursos mixtos (blended). - Puede también experimentarse con cursos que tengan semanas presenciales y virtuales, y que se combinen de tal forma que nunca asistan más del 50% de los estudiantes al campus. Es una estrategia difícil de manejar y debe considerar cursos plenamente presenciales y plenamente virtuales. Requiere además de una planificación del profesor que puede ser complicada.

6. Mitad de cursos en línea y mitad presenciales. – De manera similar al caso anterior es posible definirlos a partir de las características de cada curso, y tiene la ventaja de que los estudiantes pueden seleccionar un número de cursos menor que el que puede establecerse de manera modular. En este esquema podría cuidarse también el horario para atender a los estudiantes que trabajan (los cursos en línea pueden ser asíncronos).

7. Plan de estudios dirigido. - Una opción de enfoque para 2020-2 es reducir la cantidad de cursos que se ofrecen para limitar la densidad del campus y priorizar los recursos de apoyo. Las escuelas están considerando una variedad de formas de hacerlo, incluido centrarse en cursos básicos o cursos de aplicación o práctica exclusivos, eliminar cursos de baja inscripción y priorizar cursos que se puedan adaptar más fácilmente a múltiples modalidades. Los cursos que no forman parte del grupo objetivo se imparten en línea.

8. Cursos en doble versión: en línea y presencial. – Esta opción requiere medir las capacidades de la institución, y es muy exigente con el profesor que en la práctica tiene el doble de cursos. La ventaja es que ya cuenta con una versión en línea previa, y si se presta un soporte adecuado puede funcionar. Para los estudiantes debe haber un cupo en lo presencial (hay que determinar los criterios), y en el caso que pertenezcan al grupo que trabaja podrán organizar de mejor manera su continuidad en la universidad.

9. Continuar con clases en línea y solo talleres y graduaciones presenciales. – Asegurar la presencialidad en aquellas actividades y cursos indispensables, y seguir con la formación en línea.

10. Todo en línea. - Postergar los talleres y laboratorios reduciéndolos al mínimo incorporando programas, simulaciones, prácticas supervisadas en espacios laborales, etc.

Existen muchas otras cosas a considerar, o combinaciones posibles. Aquí algunas de ellas pensando desde la PUCP, es probable que, en las escuelas de medicina, o en las otras universidades hay condiciones particulares que aquí no se han considerado.

El pos grado y la educación continua requieren tratamiento especial considerando que en muchos casos los participantes trabajan. En estos casos es posible alguna presencialidad descentralizada en los locales que las universidades puedan tener distribuidos a lo largo de la ciudad, pero ello requiere de validación con los organismos reguladores.


Escrito por

Flavio Figallo Rivadeneyra

Sociólogo. Experto en temas de Educación. Ha sido viceministro de Gestión Pedagógica en el Ministerio de Educación.


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Aprendiendo

Un blog de Flavio Figallo Rivadeneyra, sociólogo. experto en temas de educación. Ha sido viceministro de Gestión Pedagógica